lunes, 17 de septiembre de 2012

El todo como cuestión: Todo está vendido.

Street Art en Valencia

Ya lo han comprado otros y no tuvimos tiempo de enterarnos ni de qué iba la cosa. Y es verdad, los medios de comunicación y las grandes empresas —poderes otorgados por tu amigo "el dinero"—, son las causantes de que esté comprado prácticamente todo lo que nos rodea, incluyendo la cultura y sus consecuencias; que no son otras que los eventos resultantes de encuentros sociales emergentes (aunque algunas veces —no todas se parezcan más a la puesta en escena de influyentes sin talento involucrados en una vendimia de fruta podrida y nada más). 

Ahora que lo recuerdo, agradezco que haya personas como Miguel Brieva continuando con la labor de abridor de ojos.

Hoy en día no hay tema que pueda —si quiera— permanecer "virgen", sin suciedades de las que la contaminación socio-económica solamente ha aportado más que una miserable propuesta en común de gentuza[1] que cree en el alboroto, en la disolución bipartidista de medios involucrados, que no consideran como viable otra cosa que sus historias donde el capital continúa derrotando más ideologías y donde la lucha del que piensa no entrar en ésta dinámica, permanece oculta, ofuscando las creatividades detrás de lo que puede ser un sin número de propuestas que no deberían carecer de interés a una sociedad perdida de entendimiento básico. 

Pero apunta a que todo ya está vendido y ahí es donde radica el problema. Aún así, ¿debemos conformarnos con un producto que no pertenece a nadie, o a nada?, ¿debemos guardar la calma (se guarda, sí) dentro de un recuerdo o ilusiones, y seguir callando lo evidente?, ¿nos convence permanecer en una época de diarreas intelectuales donde el pensamiento no es otra cosa que una sacudida de calzoncillos usados? Ya no, es hora de sacar adelante nuevas alternativas, renovar ideas, asomar un poco (que tampoco cuesta tanto, ni todo ni nada) y emerger con propuestas que lleguen a ser beneficiosas a la sociedad, y por ende, que llegarán a ser un nutriente a la cultura, que como consecuencia traerá a los que así lo quieran, una fuente de enriquecimiento donde muchos (si no es que todos) serán beneficiados. 

Entonces cabe ahora una corrección: "casi todo está vendido", casi, pues aún queda lo que todavía no está hecho, lo que puede renovarse, lo intangible que se comprende por idea. Parece tema difícil de entender, pero es algo tan sencillo como decidir el cambio y hacerlo. Cuestión de tomar decisiones y atreverse a arriesgar aunque cueste lo que sea necesario o de menester.

Ya es tiempo de soltar y dejar que dé de sí, que si no lo hacemos ahora, ¿a dónde nos conduce lo que pinta ser la nada?, ¿a dónde nos va a llevar el tumulto de borregos que parece ser cada vez más grande, mayor y con más demanda?

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