sábado, 13 de octubre de 2012

Click.

Metalenguaje fotográfico, por Alberto Di Lolli.

"Una buena cámara y ya está". 
Aunque así se crea, no es verdad, pues la relatividad de la verdad, en este caso, tiene un alto bagaje artístico muy evidente. Para conseguir ser un fotógrafo, hace falta mucho más que tener una cámara increíble o haber estudiado las técnicas más especiales que existan; incluso yendo a la mejor escuela del mundo, no se puede garantizar que el que concluya con los estudios, logrará tener un título (por lo menos artísticamente hablando) de fotógrafo.

Hace unos meses puede discutir el tema con un par de fotógrafos. No diré nombres en público, pues me niego a revelar los temas personales que pudieron surgir en aquella buena charla vespertina (dicen que si dejas algo entre paréntesis es como no decirlo, así que..., ellos son, Clara Bleda y David Serrano Prieto).

Luego, he hablado con más personas que me dicen temas del "talento", que si lo tienes lo tienes y si no, pues no. Y hay quien insiste que la práctica hace al maestro. En éso estoy de acuerdo, en lo de la práctica, pero también reconozco que hay quienes llevan en la sangre alguna rama artística muy clavada y que al ver cómo la desarrollan, dan ganas de haber nacido con ése toque casi mágico que distingue a pocos. Por eso lo de no quitarle valor al fotógrafo y "darle a dios lo que es de dios y a César lo que es de su puta madre César".

En fin. Que una cámara no hace al fotógrafo. Y que agradezco que así sea. ¡Enhorabuena, fotógrafos!