sábado, 29 de septiembre de 2012

Decisiones alimenticias (sugerencias ambiguas).

Somos lo que comemos. O por lo menos es lo que tanto se dice en diferentes medios.
Hace tiempo que ya no creo lo que dicen "por ahí". Aún así y decidido a escribir sobre el tema, me plantearé imaginar la propuesta como verdadera: "Soy lo que como". Y si esto, como afirmación mantiene el compuesto verbal, entonces, tú, ahí donde estés, eres lo que comes. Planteado así, incluso acojona, ya que no solo de alimento se nutre el cuerpo, pues si dejamos a un lado la comida y nos centramos en el nutriente que no es meramente físico; y si nos posicionamos en el punto donde lo que vemos, escuchamos y pensamos también vienen a ser una forma de alimentar el cuerpo, entonces: ¿Realmente somos lo que comemos? Que visto de otro modo, y siendo cierta la afirmación (soy lo que como), entonces, queda en mí elegir lo que quiero ser, así que habrá que comprometerse con una buena y eficaz dieta balanceada.

Te toca decidir entonces lo mejor para ti. Conviene tener un alimento que dé energía, fuerza y equilibrio (emociones), no es bueno ni recomendable comer la mierda que en muchos lados te están obligando a comer. Es cuestión de elegir con certeza qué es lo que se quiere ser y cómo se quiere llevar a cabo, recordando siempre, que lo que vemos, oímos y guardamos como vivencia, forjará nuestro ser, que no es otra cosa que la simplicidad de vida que tenemos. Según lo que comas, serás. Así de simple.


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